Escuchando las palabras de Hanuman, Sita asombrada miró hacia las ramas del árbol para ver quien relataba la historia. Inmediatamente Hanuman bajó del árbol y presentó el anillo que Rama le había dado ante los pies de Sita. Cuando ella examinó el anillo, sus manos comenzaron a temblar y lágrimas cayeron de sus ojos.
Hanuman le habló a Sita y le pidió si podía llevarla sobre sus hombros de regreso a Rama. Hanuman le dijo a Sita que si no aceptaba la idea de regresar a Rama sobre sus hombros, él podría regresar con Rama y los demás y vencer a Ravana en la guerra. Sita no estaba convencida acerca del poder de Hanuman. Entonces Hanuman comenzó a incrementar el tamaño de su cuerpo hasta que sus extremidades crecieron del tamaño de una montaña, sus manos eran como árboles, su cabeza como el pico de la montaña, su cola como un río fluyendo y su respiración como una tormenta.
Así el rugió de tal manera que aun las extremidades del mundo temblaron y las personas de Lanka se despertaron alarmadas. Sita ahora estaba completamente convencida del poder, confianza y fidelidad de Hanuman. Ella le dio el ornamento que decora su cabeza para que se lo llevara Ramacandra y le dijo los tres incidentes, para que Ramacandra estuviera convencido que se trataba de Sita. Ella dijo: