De esta manera, la construcción del puente comenzó bajo el liderazgo de Sugriva junto con Nila como su ingeniero en jefe, para diseñar el puente. Jambavan y Hanuman fueron seleccionados como supervisores y los otros monos como los trabajadores. Alimentos, ropas fueron traídos desde varias direcciones, así la construcción del puente comenzó. Mientras tanto Ravana envió adonde Sita a un gran mago llamado Marutta, disfrazado como el rey Janaka, para convertirla hacia el lado de Ravana, pero su intento fracasó inmediatamente.
Ravana envió dos espías expertos llamados Shuka y Sarana disfrazados como monos para que se filtraran en el campo de Ramacandra. Sin embargo, rápidamente Jambavan y Hanuman los capturaron y los llevaron al frente de Sugriva. Llorando ambos espías pidieron perdón y tomaron refugio de Ramacandra quien los dejó en libertad. Ellos regresaron a Lanka y reportaron los asuntos a Ravana, quien sintió deseos de lanzarle una mirada a Rama. Con este propósito Ravana con sus sirvientes se subieron al tope del más elevado punto en el norte.
Ramacandra, quien estaba totalmente informado por sus espías, sabía lo que estaba ocurriendo y subió a las alturas de la montaña Subela desde donde pudo ver a Ravana. En ese momento los ojos de Rama y Ravana se encontraron y se encendieron de ira. Cuando Sugriva vio lo que estaba sucediendo, con un salto llegó donde Ravana, le quitó su corona y la lanzó hacia la cabeza de Sri Rama. Después de ejecutar sobre las cabezas de Ravana algo similar a un baile destructivo, Sugriva dando otro salto regresó donde Sri Ramacandra. Lleno de depresión Ravana regresó a su palacio. Su suegro Malyaban hizo un gran esfuerzo para disuadir a Ravana que abandonara la guerra, pero no tuvo éxito.