Durante el primer día de guerra la mayoría de los raksasas incluyendo sus más grandes guerreros como Mahabahu, Mahaparshva, Mahodara, Mahakaya, entre otros fueron matados. Al segundo día el ejército de los raksasas bajo el comando de Apikaya, el hijo de Ravana, salió desde el Norte para luchar, pero Laksmana los mató con su Brahmastra.
Los otros dos raksasas comandantes eran Trisiras y Meghanada, sin embargo Laksmana los derrotó. Como fracasaron en la lucha con reglas, ellos tomaron refugio en las artes negras, sin embargo, eso no les dió ninguna victoria. Entonces disparó un Nagastra dado por Siva en contra del enemigo. La flecha hizo que Laksmana, Sugriva y todos los monos cayeran inconscientes. En ese momento Vibhisana no se encontraba, ya que había ido en busca de alimentos. Cuando Vibhisana regresó con la comida, se sintió chocado y asombrado de encontrar a Laksmana inconsciente.
Ramacandra inmediatamente fue informado de lo sucedido. Cuando Ramacandra vio a Laksmana, a Hanuman, a Sugriva y a todos los otros monos tendidos en el piso inconscientes, perdió su auto confianza. Ramacandra comentó que eso había sido el resultado de poner su fe en Vibhisana el hermano de Ravana, a quien había nombrado como el encargado del jefe de la batalla. Este comentario de Rama dañó mucho a Vibhisana, sin embargo Ramacandra pronto le consoló y le trató con bondad.
Aun las diferentes categorías de Devas o dioses en el cielo, quienes habían atestiguado el escenario, se sentían asustados. Sri Rama se sentó durante un tiempo sumergido en profunda meditación, de pronto una luz emergió de Su ojo derecho, se disparó hacia el norte y desapareció en el horizonte. De inmediato Garuda apareció en el escenario desde el oeste y removió con su pico el arma Nagastra del cuerpo de Laksmana.
Laksmana despertó de su estado inconsciente. Sugriva y los otros también recuperaron su conciencia. De esta manera la lucha continuó y todos los líderes de raksasas fueron matados. Hanuman mató a Kunvakarna y en el momento de su muerte Kunvakarna le pidió a Ramacandra que su cabeza fuese cortada y lanzada en el océano, de otra manera los otros raksasas se reirían al ver su cabeza y orejas mordidas por monos. Así Rama le instruyo a Hanuman que lanzara la cabeza de Kunvakarna en el océano. Poco después Ramacandra le dijo a Laksmana:
“Hoy lucharé con Indrajit y al día siguiente después de matar a Ravana regresaremos a Ayodhya”
Laksmana contestó:
“yo lucharé con Indrajit”
Lakshmana le había dicho a Vibhisana que iba a matar a Indrajit dentro de tres días. Así, con las bendiciones de Sri Rama, Laksmana otra vez comenzó la lucha. Indrajit disparó el Narayana Astra el cual lo había traído con la séptima letra del mantra. El Astra dio vueltas alrededor de él tres veces y entró en su bolsa de flechas. Otro raksasa de nombre Mahodara convirtió su elefante en el elefante Airavata y se disfrazó de Indra. Así fue para encontrarse con Laksmana diciéndole que entre ellos no había ninguna pelea. Entonces Laksmana colocó su arco en el piso. Indrajit aprovechó la situación y disparo un brahmastra en contra de Laksamana a través de la cobertura de las nubes. Laksmana, Sugriva y otros cayeron desmayados.
Sri Rama estaba preparando las armas para hacerlas más poderosas. Sin embargo, a Su regreso al campo de batalla encontró a Laksmana y a los otros sin vida. Entonces como un sencillo hombre comenzó a llorar y se sentó al lado de ellos.
Vibhisana regresó con los alimentos y comenzó a orar a los vedas. En ese momento, Indra apareció y le dio a Vibhisana un bol dorado. Indra le dijo a Vibhisana que le diera lo que se encontraba en el bol a Hanuman y a Jambavan, quienes estaban inconscientes pero aún se encontraban vivos. De esa manera se recuperarían. Vibhisana lo hizo y ambos revivieron su conciencia.