Ese día ellos partieron hacia Ayodhya montados sobre el avión Puspaka. Sugriva, Vibhisana y los demás les siguieron. Después de llegar a Ayodhya, Rama le regresó la carroza aérea Puspaka a Kuvera. Bharata regresó de Nandigrama y Ramacandra fue coronado rey. Bharata era nombrado príncipe, Laksmana el comandante en jefe y Shatrugna el ministro de finanzas. Durante el reino de Ramacandra el país fue inundado con leche, con miel y nadie sentía miedo de sus enemigos.
Ocasionalmente Ramacandra visitaba los alrededores del país disfrazado, para inquirir acerca del bienestar de sus devotos. Un amanecer particular en las afueras de una casa, Ramacandra encontró a un lavandero castigando a su esposa, quien había salido de su casa esa noche. El lavandero sospechó que ella se había ido a encontrar con su amante y claramente le dijo a su esposa que no estaba preparado para actuar como Rama, quien había aceptado a Sita después de vivir con otra persona. Sri Rama escuchó la conversación y regresó a Su palacio muy triste pensando en lo que había escuchado. Reflexionando Rama pensó que era su deber abandonar a Sita quien tenía siete meses de embarazo.