En una oportunidad Sita le pidió a Rama que deseaba ir al bosque una vez más. Rama consideró que era una buena oportunidad para abandonar a Sita en el bosque y asignó a Laksmana como el encargado de este asunto.
Al amanecer, Laksmana llevó a Sita en su carroza al Asrama de Valmiki. Allí la abandonó y regreso al palacio. Cuando los discípulos de Valmiki vieron a Sita la llevaron al ashram. Después de algún tiempo, en el ashrama de Valmiki, Sita dio a luz a dos hijos bellos, llamados Kusa y Lava. Después de abandonar a Sita en los bosques, Rama llevó una vida muy triste durante cinco años.