Después de este incidente los monos continuaron con su búsqueda. Otra vez se dirigieron hacia la dirección del Sur y llegaron a la montaña Mahendragiri. Descendiendo de la montaña llegaron a las orillas del océano del Sur. Allí los monos no podían ir más lejos hacia el sur y comenzaron a sufrir de una gran hambre y sed. Lamentablemente ellos no tenían ninguna información tangible acerca de Sita, y si no regresaban con información Sugriva iba a matarles. El grupo de monos prefería morir en las orillas del océano, que morir por la espada de Sugriva.
Los monos se reunieron y decidieron quedarse allí. Ellos extendieron grama de garbha sobre el gran plano de la montana Mahendra y se acostaron sobre las gramas a esperar la muerte.
En una cueva muy grande vivía Sampati, el pájaro gigante quien no podía volar y estaba muriendo por falta de alimentos. Sin embargo, como pudo, fue arrastrándose hasta la boca de la cueva donde estaban los monos acostados pensando en la muerte. Al verlos Sampati pensó en comérselos uno por uno. Los monos quienes comprendieron la idea de Sampati, maldijeron su destino y cantaron las glorias de Jatayu.
Escuchando la palabra Jatayu, Sampati se acercó a los monos y ellos relataron el motivo de su viaje y acerca de la muerte de Jatayu. Escuchando acerca de la muerte de Jatayu, Sampati empezó a llorar y a relatar su historia. Sampati dijo:
Jatayu era mi hermano menor, nuestra madre es Mahasveta y nuestro padre Surya deva. Por las bendiciones de nuestro padre, yo era el rey de todos los pájaros y Jatayu el príncipe. Nuestra amistad como hermanos desarrolló el más fuerte relacionamiento, causando el incremento de nuestro orgullo, por cuenta de nuestro poder y velocidad. En una oportunidad fuimos hacia la órbita del Sol para ver a nuestro padre. Mi hermano menor, Jatayu, en su entusiasmo de juventud se elevo más alto en los cielos dejándome atrás. Sin embargo, por causa del calor del Sol, sus alas perdieron su poder y energía. Para salvarlo volé sobre él, cubriéndole. De esta manera, él pudo descender a la tierra con sus alas. Sin embargo, mis alas se quemaron y caí sobre la montaña Mahendra. Al caer, mis piernas se rompieron. Así perdí mi poder de volar y caminar. Desde entonces permanecí aquí como el asistente de Misakara Maharishi quien podía adivinar el futuro. En una ocasión él me habló de la historia de la encarnación de Sri Ramacandra. También me dijo que un grupo de monos vendrían aquí en la búsqueda de Sita, y yo debía decirles donde se encontraba Sita, y de esa manera yo podría recuperar mi salud.”
Después de relatarles a los monos su historia, Sampati con la ayuda de los monos ejecutó los rituales para despedir a su hermano Jatayu. El rey de los pájaros Sampati, levantó su cabeza mirando hacia el océano. Allí vio la montaña Subala en el corazón del mar del Sur. El plano de las altitudes de montañas constituía la base de Lanka, en el centro de Lanka se encontraba la capital de Ravana, y cerca de los cuartos de las doncellas, estaba situado el jardín Ashoka. Allí en el centro del jardín Ashoka, había un árbol llamado Simsapa y bajo este árbol se encontraba Sita Devi. Apenas Sampati terminó de decirle a los monos los detalles de esta historia, él recuperó su salud. Sampati le relató a los monos otra historia. Él dijo:
“Cierta vez Ravana había secuestrado a una bella Yaksya de Alaka Puri, llevándosela en su Puspaka Vimbana. En el sendero, mientras volaba, choqué con Ravana y destruí su carroza aérea. Sin embargo el avión de Ravana se autogeneraba y otra vez volvió a existencia. No obstante, con mi pico capturé la espada de Ravana y la lancé causando que la carroza de Ravana cayera en el piso. Finalmente por la petición de Ravana, firmamos un contrato de no agresión”
Por esa razón Sampati no podía luchar con Ravana en persona.