Un día un rshi divino, a quien la gente de Ayodhya no había visto antes, apareció en el palacio y le dijo a Rama que debía impartirle ciertos secretos y le pidió que debía tomar el voto de que nadie entraría en su cuarto mientras ellos conversaban. Si una persona entraba durante su conversación debía ser matado o abandonado para siempre. De esta manera el muni inicio su conversación con Rama en un lugar apartado. Ramacandra le ordenó a Laksmana que permaneciera en la entrada con las órdenes estrictas de que nadie entrara. Al poco tiempo grandes munis como Sanaka y su grupo se acercaron y le dijeron a Laksmana que deseaban ver a Rama. Ellos no estaban preparados para esperar y amenazaron con destruir la familia real. Laksmana estaba preparado para recibir las consecuencias y se acerco a Ramacandra para informarle acerca de la llegada de Sanaka. Rama, manteniendo su arco con Él, abandonó a Laksmana inmediatamente. Sin embargo cuando Rama salió a recibir a Sanaka y a los otros, no podía encontrar a ninguna persona en ninguna parte.
Extrañado regresó a los apartamentos internos y para su sorpresa el rshi también había desaparecido. Realmente ellos eran Kala y sus emisarios enviados por Brahma, para avisarle a Rama que el objeto de su encarnación había sido obtenido. Ramacandra quien había sufrido bastante de agonía mental por causa de la desaparición de Sita, perdió toda la paz de mente al abandonar a Laksmana. Así decidió terminar con su vida, con ese propósito fue al rio Sarayu. Todos los miembros del palacio le siguieron, y posteriormente una gran masa de personas cubrió ambos lados del rio, lamentándose profundamente. Después, Ramacandra y sus seguidores se ahogaron en el rio Sarayu y sus espíritus obtuvieron Vaikuntha Ramacandra Puri.